martes, 9 de agosto de 2011

Trabajadores organizados para cambiar la matriz distributiva.

La decisión estratégica de avanzar hacia una organización de cuatro o cinco millones de afiliados pone a la Central de Trabajadores de la Argentina ante el desafío indeclinable de crecer en el sector privado. Así lo consideraron sendos congresos nacionales de la CTA y así lo ha ratificado su actual conducción. Ir a la búsqueda de los trabajadores de la actividad privada, de los millones de hombres y mujeres que están precarizados, cobran magros salarios y padecen el empleo informal y la tercerización laboral.
Pero que también, sobre todo en los jóvenes y las mujeres, han demostrado su voluntad de lucha y su combate frontal contra la resignación y el posibilismo. Daniel Jorajuría y Julio Ortellado, secretario Gremial y Director de Organización de la Mesa Nacional de la CTA, junto a otros dirigentes del interior del país como Juan Carlos Hernández de Neuquén y Ricardo Sánchez de Paraná, Entre Ríos, se refirieron a este compromiso que implica responder, a través de la organización sindical, a la feroz flexibilización laboral que se viene dando en el sector privado, donde el crecimiento de las ganancias empresarias tiene como contrapartida, ante la ausencia del control estatal, el trabajo en negro y mayor plusvalía por intermedio de la sobreexplotación de la mano de obra.
Daniel Jorajuría es uruguayo, trabajador gastronómico, abogado y secretario Gremial de la Central. Opina que la campaña de afiliación a la CTA que se lanzará en el Confederal que se realizará el 17 de agosto, debe transformarse en una actitud militante que tiene que tornarse en permanente. Subrayó que el sector privado es estratégico porque “es allí donde se genera la mayor riqueza”. “Es necesario fortalecer el crecimiento con una fuerte ofensiva en materia de libertad y democracia sindical liberando a los trabajadores de algunas corporaciones que en lugar de defenderlos, sirven para someterlos a los intereses de sus patrones”.
Toda esa lucha que han dado –recuerda- junto a la Central las nuevas organizaciones sindicales “amparadas por la labor y asesoramiento de nuestro Departamento Jurídico ha logrado fallos judiciales, aún de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que no son menores para la historia de la lucha por las libertades sindicales en la Argentina”.
Para quien durante años se desempeñó como maitre del Club del Vino en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y le ganó las elecciones a Barrionuevo en el Sindicato de Gastronómicos de la Capital Federal, también se avanzó en el Congreso de la Nación con un proyecto de ley sobre ampliación de las garantías sindicales a las nuevas organizaciones del sector privado, cuya autoría pertenece a Claudio Lozano y que cuenta con el respaldo de los 105 diputados mientras, el Frente para la Victoria se negó a acompañarlo”.
Jorajuría destacó el crecimiento que se ha dado en los últimos tiempos en el seno de la Central en el sector azucarero de Salta y Jujuy. Esto “se coronó con la afiliación a la CTA del Sindicato de Empelados y Obreros del Azúcar del Ingenio Ledesma (4.000 trabajadores), del Sindicato de Trabajadores Frutales de Ledesma (2.000 trabajadores) y la constitución de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA-CTA) de Jujuy. Resaltó la apertura del Sindicato de Trabajadores de Entidades Bancarias y Financieras (SITEBA-CTA) y la afiliación a la Central de Trabajadores de la Argentina de ocho sindicatos del sector público del Chaco, entre ellos el Sindicato de Trabajadores de la Educación del Chaco (Federación SITECH-CTA) con 5.200 afiliados. “En total –se entusiasmó- 25.000 nuevos trabajadores han pasado a ser parte de esta Central”.
“La mejor Campaña de afiliación la hacemos cuando profundizamos la autonomía de la CTA de los patrones, los gobiernos y los partidos políticos y cuando nos hacemos cargo de organizar a toda la clase, no a una elite”, concluye.
Definición estratégica
Julio Ortellado es un trabajador estatal platense, dirigente de ATE que tiene a su cargo la Dirección de Organización de la CTA. Juzga respecto a la campaña de afiliación para avanzar hacia una Central de millones que “lo estratégico de esta definición reside en que debemos potenciar la representación en los sectores productivos, de transporte y servicios para romper con la práctica burocrática que establece que sólo las estructuras tradicionales son las que debaten la forma de distribución del ingreso. Sólo los trabajadores organizados desde sus propios sectores de desarrollo laboral pueden generar cambios estructurales en la distribución de la riqueza. Tenemos un modelo que fomenta la representación única y la no participación de los trabajadores en la toma de decisiones. Es la razón por la que sólo el 12,7 % de los establecimientos cuenta con cuerpo de delegados”. Para Ortellado, “hay una política clara que hace lo imposible para que nuestra clase no pueda organizarse y contar con toda su política transformadora. El 83% por ciento de los trabajadores no tiene organización dentro de las fábricas y no es casual. Otro sería el país si ponemos toda esa fuerza de pie”.
”Hay que salir a convocar a ser parte de las filas ceteatistas, ir por más y nuevos delegados, y orientar nuestras acciones particularmente a los jóvenes, como promovedores de cambio y nuestras mujeres como impronta insoslayable de su poder para hacer posible una nueva perspectiva de vida”, arenga el dirigente bonaerense de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE-CTA).
Cuando se le pregunta sobre el aumento de los índices de empleo y las condiciones de trabajo en que se desenvuelve la mayoría de los nuevos trabajadores del ámbito privado, Ortellado advierte que “es necesario tener en cuenta que a través de una campaña mediática el Gobierno habla de mejoras en los índices de empleo pero no se hace una valoración de la calidad de ese empleo. No sólo los índices están inflados sino que se agrava a diario la precarización y tercerización laboral”.
Describe la constante violación de los acuerdos convencionales y paritarios: “tenemos en una misma rama de actividad trabajadores dentro de convenio, otros a los que se los contrata en forma irregular y se le respetan algunos derechos y por último los más precarizados trabajando casi a destajo. Es común encontrar en una misma empresa tercerizados desempeñándose en diferentes zonas geográficas que cobran distinto por la misma tarea, ya que la patronal toma el convenio que le sale más barato en la región”.
Hablando claro
A juicio de Julio Ortellado, “el ejemplo más claro son los call center. Encontrar telefónicos cobrando por los convenios de Luz y Fuerza, la Construcción, Comercio. Es el reino de la impunidad que continúa intacta desde las reformas de los 90. Nada de esto sería posible sin la complicidad entre patronales, el Estado y los gremios empresariales. Una manifestación de ello que fue tapa de los diarios luego del asesinato de Mariano Ferreira, es el de los Ferrocarriles, allí se ve clarito la sociedad patronales-Gobierno-sindicato”.
Cuando se le interroga por los sectores que merecen atención prioritaria, Ortellado destaca experiencias tales como las del Ingenio Ledesma, trabajadores Frutícolas, Tareferos o Motosierristas del Alto Paraná. “Son fundamentales, no sólo por la tipificación del trabajo y su inserción en el mercado laboral, sino porque ya han dado el primer paso en la organización de esquemas nuevos de representación. Dieron por tierra con los viejos métodos feudales de las empresas y su complicidad con el Gobierno y los sindicatos cegetistas”.
Da ejemplos: “hacía 18 años que no se hacía una asamblea en el Ingenio Ledesma. En junio, a respondiendo a una moción de los delegados de la empresa, miles de compañeros decidieron pasarse a la CTA. Toda una definición”. Ortellado también subraya la organización que se viene dando en el sector del transporte donde a través de la Unión de Conductores de la República Argentina “a diario se abren nuevas delegaciones y se votan comisiones internas”. También resalta la necesidad de organizarse en el sector servicios: “no sólo por su diversidad sino debido al gran potencial de inserción que tiene en la comunidad ya que es la pantalla visible de problemas sociales centrales ligados al actual modelo injusto de reparto de la riqueza como son, entre otros, salud, educación y alimentación”.
Los jóvenes y las nuevas tecnologías
Ricardo Sánchez, secretario general de la CTA de Paraná, está convencido que es correcto considerar al sector privado como estratégico, aunque destaca que “no todos los colectivos de trabajadores que se pretende organizar resultan iguales”. Señala que en especial “los trabadores jóvenes atravesados por el miedo y la inexperiencia poseen un sentido diferente a la hora de pretender organizarse. Si bien acuerdan que sólo colectivamente van a poner freno a las injusticias y a la precarización laboral, se nota que se verifican diferencias en el proceso de organización”.
“Esto tiene que ver -dice- con las nuevas formas de comunicación que son más ágiles y directas; planteándonos a los dirigentes la necesidad de nuevas estrategias de adecuación a esos cambios. Los medios tecnológicos son indispensables, debemos servirnos de las nuevas formas de comunicarnos. El mundo se volvió interactivo y hoy debemos aceptar ese desafío. No hablamos de abandonar nuestras herramientas de lucha y el debate tradicional, pero sí de la necesidad de entender que nos presenta el desafío de llegar a los jóvenes trabajadores, comprender su lenguaje y desde ahí empezar a ganar una batalla, no solo cultural sino ideológica”.
El dirigente del Movimiento de Trabajadores Mercantiles y Servicios indica como ejemplo la gran cantidad de consultas laborales y sobre las formas de organizarse “que recibimos diariamente a través del link “consultas” en nuestra página www.ctaparana.org.ar . Esas inquietudes llegan a nivel regional, también nacional e inclusive internacional y eso significa que estamos atendiendo una necesidad que existe en los trabajadores y tiene una amplia demanda insatisfecha. Quienes más consultan –cuenta- son las trabajadoras de casas de familias. Desde que las compañeras se constituyeron en sindicato, utilizan aparte de los medios de comunicación tradicionales las nuevas herramientas tecnológicas a los efectos de enviar denuncias, sugerencias, comentarios e información, como asimismo consultas y asesoramiento, haciendo visible, lo invisible de su trabajo”.
Disciplinador social
Daniel Jorajuría considerara que el trabajo en negro es el eslabón principal para garantizar las bases de acumulación del actual modelo económico. “Si esta relación de empleo no existiera, no se podría tener la capacidad de precarizar, humillar y dejar por debajo de la línea de la pobreza a más del 40 % de nuestros trabajadores. Se puede decir que es el disciplinador social más eficiente, donde el que se queja queda fuera del sistema y pasa a ser desocupado, y el que lo acepta, pasa ser un número dentro del ejército de esclavos modernos que este modelo nos propone. Es imprescindible dar batalla al trabajo en negro y a las estructuras que los sustentan, de lo contrario no habrá posibilidad de avanzar hacia una justa distribución de la riqueza”.
Ortellado coincide y dice que flexibilización laboral y desocupación son “una suerte de terrorismo económico. Hay gremios donde no se diferencia el patrón del dirigente. Esto trae aparejada la pérdida de solidaridad de clase. Por eso, hoy más que nunca estamos seguros que nuestra pelea ha superado los portones de las fábricas y es el barrio, el territorio donde está la salida para constituirnos como pueblo organizado con el objetivo de pelear por una Nación que nos contenga. Los trabajadores son habitantes de este suelo y ellos además de ser capaces de debatir y organizarse en su lugar de trabajo, también pueden generar espacios de representación en sus barrios para pelear por la escuela que necesitamos, la salita de primeros auxilios, las cloacas o la ambulancia. Por eso en nuestra Central son tan importantes las organizaciones territoriales, desde donde a veces comienza la organización que luego llega al lugar de trabajo, ya más robustecida como para enfrentar el terrorismo económico, la brutalidad patronal”.
Jorajuría, aporta que “en este tembladeral de inseguridad laboral, a pesar del crecimiento económico producido en los últimos años, debemos agregar lo mal remunerado del trabajo, donde hoy más del 50% de los trabajadores gana en promedio solamente $ 2.200”.
Transformar el modelo
Desde el sur, el secretario gremial de la CTA Neuquén, Juan Carlos Hernández, explica que en su provincia los trabajadores de la actividad privada no escapan a la realidad general ya que un 40 % de están precarizados y es fácil deducir que esto es una nueva forma de flexibilización que en los ‘90 se daba a través de los denominados contratos basura y hoy se verifica mediante la informalidad laboral, trabajadores en negro, precarizados, tercerizados y sub-ocupados.
“Estos compañeros que se encuentran fuera del sistema de protección de la seguridad social, sin aportes previsionales ni obra social, son las nuevas víctimas de un modelo económico que protege la propiedad privada de los grandes grupos económicos, de los monopolios y abandona a los trabajadores a merced del capital”.
Según Hernández. “cuando el Gobierno habla de mejoras en el crecimiento del empleo, es un discurso vacío de contenido ya que se parte de un presupuesto falso. En primer término, en la Argentina desaparecieron las estadísticas públicas con la destrucción del INDEC. El empleo que se genera es cíclico, de baja calidad. Producto del patrón de acumulación, el modelo se referencia en la agro exportación, la minería y las automotrices”.
“Este sistema, que es cíclico, no mejora el empleo real. Cada día trabajan más horas en condiciones inseguras y los salarios son menores. La conquista de los derechos laborales y sociales siempre se ha dado con la unidad y la lucha de la clase trabajadora, desde el 1° de Mayo de 1886 hasta hoy, contra una falsa ideología hegemónica de la inclusión que señala permanentemente responsabilidades a los trabajadores, y que no mira la raíz injusta del actual modelo económico que debe ser transformado estructuralmente”, opina.
Socio y cómplice
“El accionar de Ministerio de Trabajo de la Nación responde básicamente a la defensa del viejo modelo sindical”, dice Ortellado. Recuerda que la libertad sindical “está cajoneada en esa cartera a través de más de 2.800 organizaciones sindicales que han pedido ámbito de actuación y personería gremial y por años, sus expedientes duermen en los depósitos de la burocracia”.
“Nada es casual – subraya- el unicato, la no profundización de la democratización plena de las relaciones laborales en la Argentina, son la base fundamental para sustentar este modelo económico de exclusión y sumisión. No favorecer la inscripción gremial, no alentar la elección de delegados no permitir la elección directa en las organizaciones de segundo y de tercer grado, no permitir la coexistencia de centrales obreras donde los trabajadores puedan optar por quien los represente, no cumplir con tratados internacionales de la OIT, son sinónimos de arbitrariedad y genuflexión a las patronales”.
A criterio de Ortellado, “A los funcionarios tampoco les tiembla la mano cuando se trata de intervenir directamente en la vida interna de las organizaciones si estas no responden políticamente a su definición de modelo. La intervención a nuestra Central en el marco del proceso eleccionario, no sólo desconociendo la autonomía de los trabajadores sino también la del Poder Judicial al momento de inducir y presionar en la decisión de los jueces en contra de nuestros intereses, es clara muestra de lo que hablo”.
En defensa propia
La CTA Paraná trabaja en el ámbito privado en actividades como la hípica, empleados de comercio y servicios, industria del algodón, trabajadores de la comunicación, tarjeteros, estacionamiento medido, conductores de ómnibus y las trabajadoras del hogar o de casas de familias., entre otros. “Todas estas experiencias organizativas han concluido en la conformación de sindicatos de distinta envergadura”, explica Ricardo Sánchez.
“En este último tiempo las compañeras empleadas en casas de familias han sido quiénes han tenido una gran expansión y desarrollo. Enmarcado en un proceso de total precariedad y explotación laboral, lo que es vergonzoso. Situación que las llevó a conformar la organización en pos de luchar por sus derechos. Son trabajadoras que se rigen por un decreto de la denominada Revolución Libertadora, que data de 1956, lo que constituye un atropello a la democracia y una violación a los derechos humanos y sociales fundamentales”, explicó.
Por su lado, Jorajuría se muestra convencido que los constantes atentados a la libertad sindical son parte de un sistema que necesita garantizar un ejército de trabajadores en negro, junto a una reserva que vive de subsidios estatales. “Nos hablan de récord de crecimiento, récord de reservas del Banco Central, récord de recaudación de la AFIP; pero en el Estado Nacional, Provincial y Municipal proliferan los trabajadores no registrados y mal registrados: pasantes, meritorios, falsos monotributistas, beneficiarios de planes sociales, falsos cooperativistas. Un Estado que contrata de esa forma a sus trabajadores no tiene autoridad moral para exigir al empresario privado la eliminación del trabajo no registrado. Prueba de ello es que luego de 8 años de vigencia del Plan Nacional de Registración Laboral, estamos en un 34% de trabajadores no registrados que llega al 40% si agregamos trabajadores rurales y domésticos”.
“El camino está claro, hay que duplicar la afiliación, cambiar la relación de fuerzas y obtener la legalidad de nuestra Central y sus organizaciones en la calle, a través de la lucha. La traición no da derechos, y menos a los trabajadores, así lo demuestra la historia de la Patria. La afiliación que proponemos a los trabajadores es en defensa propia, es la simiente de la justicia social que esta Nación se merece y que sólo puede ser construida por nuestra clase organizada”, finaliza Joranuría.
Artículo publicado en el Periódico de la CTA N° 78, correspondiente al mes de julio de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario