(AW) Aborígenes de distintas partes del
país mantuvieron una vigilia de 24 horas en Plaza de Mayo. El jueves
entregaron una carta en la Casa Rosada, con solicitud de audiencia a
Cristina Fernández de Kirchner. Silencio del Gobierno, que tampoco
respondió seis llamadas telefónicas del Premio Nobel de la Paz, Adolfo
Pérez Esquivel. El miércoles los originarios regresan a la histórica
Plaza de 16 a 17 y piden que la manifestación se nacionalice.
Foto: Emiliano Andrés Oliveira
Por Liliana Giambelluca
Con la presencia de representantes de
quince pueblos originarios -mbya guaraní, wichí, pilagá, nivaklé, kolla,
lule, mapuche, tehuelche, selknam, qom Formosa, qom Chaco, mocoví,
komechingón, tonocoté y diaguita- culminó la “Cumbre de Pueblos y
Organizaciones Indígenas” realizada en Formosa del 3 al 5 de este mes.
Luego de entregar un documento en la
Gobernación provincial y analizar las conclusiones, un grupo de
originarios arribó a Buenos Aires con el propósito de entregar una nota
en Casa de Gobierno con solicitud de audiencia a la presidenta de la
Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y realizar una vigilia de 24
horas en Plaza de Mayo, en espera de una respuesta.
El jueves, sin la presencia del líder
qom Félix Díaz (no consiguió pasaje para viajar), referentes indígenas y
de los organismos defensores de derechos humanos se dirigieron a
entregar la carta. Una fuerte custodia policial y media plaza vallada de
punta a punta impedía el ingreso directo a la casa de Gobierno. La
policía dijo que no podían pasar más de diez personas.
Paz Argentina Quiroga, amta (autoridad espiritual) del pueblo huarpe de la región Cuyo;Roberto Aramayo, diaguita salteño; Ignacio Prafil, referente mapuche; por la región Sur el ñizol logko neuquino Elias Maripan y Elia Espen,
Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, ingresaron a la también
enrejada Casa de Gobierno a dejar la carta en la mesa de entradas.
No hubo manera que la policía permitiera el ingreso de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz; Pablo Pimentel de la APDH La Matanza y los mapuches Margarita Peñailillo, Rubén Curricoy, Cristian Quinchagual y Carlos Huayquil, quienes debieron permanecer en la vereda.
La entrega de la carta fue rápida. La
salida de los referentes de la Casa Rosada fue acompañada por breves
pero vibrantes aplausos que dieron paso al sonido del ñorquin de los
mapuches. Se trataba de reafirmar la presencia indígena y de otorgar a
ese momento el sentido de una ceremonia ancestral.
“Los derechos humanos se respetan o se violan, no hay términos medios”
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