Fumigar cerca de poblaciones será de aquí en más un delito que la
Justicia castiga como resultado del fallo de la Cámara del Crímen de
Córdoba. Si bien hay satisfacción por el fallo Darío Ávila, abogado de
las Madres de Ituzaingó, con amargura confiesa a ACTA “las penas no son
de cumplimiento efectivo, las madres querían que los acusados fueran
presos. ¿Cómo no entenderlas? ¿Qué pena puede hacer pagar la muerte de
un hijo?”.
Tras nueve horas de deliberación, los jueces de la Cámara 1ª del
Crimen declararon culpables a dos de los acusados por contaminación
dolosa en barrio Ituzaingó, y absolvieron al restante. El productor
Francisco Rafael Parra recibió tres años de prisión condicional, lo
mismo que el piloto aeroaplicador Edgardo Jorge Pancello. En cambio, al
otro productor, Jorge Gabrielli, se le confirmó la absolución.
A Parra le aplicaron durante cuatro años una serie de condiciones a
cumplir, entre las cuales se destaca la realización de 10 horas
semanales de trabajos comunitarios no remunerados en establecimientos
públicos de salud. Algo similar le sucederá a Pancello, que debe hacer
lo mismo, pero durante tres años y ocho horas semanales. Aparte, a Parra
lo inhabilitaron para realizar fumigaciones durante ocho años, mientras
que al aviador Pancello se le impuso esa prohibición durante 10 años.
¿-Cómo evalúa el resultado del juicio?

Por
un lado, el lo personal entiendo que las Madres estén descontentas.
¿Qué pena puede pagar por la vida de un hijo? Como profesional no puedo
dejar de sentirme satisfecho ya que considero que la resolución es
histórica. De aquí en más nadie podrá fumigar sin estar cometiendo un
delito, los fiscales no se podrán hacerse los distraídos.
Esto abre un debate nacional. Hasta último momento no sabíamos cómo
se resolvería esto. Si el tribunal decidía que la Ley de Residuos
Peligrosos no tenía nada que ver con el caso, hubiera sido catastrófico.
Es hora que los estados nacionales y provinciales tomen cartas en el
asunto para la defensa de la población y se hagan cargo de esta matanza
silenciada que se viene verificando en el país.
—Cómo es posible que no exista un censo de las víctimas?

No
existe, desobedeciendo inclusive una orden presidencial. A raíz de este
caso la jefa de Estado Cristina Kirchner ordenó que se formara una
comisión investigadora, que lo primero que tendría que haber realizado
es un censo. Miraron para otro lado.
Hay intereses muy poderosos. Muchos médicos no quieren colaborar,
inclusive en el interior están los que tienen campos sojeros o gente
vinculada a la actividad entre la mayor parte de sus pacientes.
-Horas antes del fallo, Monsanto y los gobiernos nacional y
de Córdoba presentaban una nueva tecnología: Intacta RR2. El ministro de
Agricultura, Norberto Yauhar dijo que era “un día muy especial para la
Argentina”.

Es
una burla o más que eso, una demostración de impunidad. Esa semilla es
peor que la actual porque resiste tres tipos de agroquímicos. Dicen que
se va a sembrar en campos experimentales pero no es verdad. La semilla
es llevada por el viento. Se produce la polinización. Esto lleva a que
en algún momento solo tengamos soja trangénica.
Los gobiernos provincial y nacional pueden pelearse pero están de
acuerdo a la hora de tratar con Monsanto.
-Monsanto en sinónimo de colonialismo…

Tienen
más poder que todos los gobiernos. Vinieron a la Argentina y con
Felipe Solá de ministro de Agricultura dijeron “aquí se sembrará soja,
solo soja”. Fueron a la India y ordenaron: desde hoy solo algodón
trangénico”. En México maíz trangénico y así en cada país fueron
cambiando sus cultivos y alimentación. Los mexicanos tienen en el maíz
su principal fuente de alimentación y ya no saben lo que comen.
Controlan los medios de prensa a través de la publicidad, casas de
estudios a través de subsidios, todo lo necesario para remodelar una
sociedad de acuerdo a sus intereses. Claro que es colonialismo.
Hay estudios del Conicet, también del INTA. Este último dice que la
soja se lleva el 37 por ciento de las nutrientes de la tierra con el
cual corremos el riesgo de desertificar al territorio. Y eso sin contar,
lo que aquí quedo demostrado nuevamente, lo que pasa con la salud de la
población, los casos de cáncer, las malformaciones en los niños y la
muerte.
-¿Lo que debe ser puesto en debate más que las fumigaciones es el sistema?

Empresas
como Monsanto no sólo van por el control de todo el mercado de
alimentos a escala planetaria. Manejan los pool de siembra e inclusive
arbitran a su antojo los precios de sus productos ya que tienen un
monopolio a escala planetaria. No es fácil. Pero hay que poner en debate
el tema. Visibilizarlo, aunque los grandes medios traten de ocultarlo.
Se trata de nada más ni nada menos que pelear por el derecho a la salud
y la vida misma.
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